Seguimos en racha.

 Esta semana doblete de sierras, lo que parecía un día de playa se convirtió en un buen día de pesca. Salida en busca de sol, sin suerte. Pero ahí siempre están las cañas acompañándonos en el coche para lo que pueda ocurrir. No lo vamos a pensar dos veces y bajamos a un pesquero cercano en busca de una tarde entretenida. Son las dos de la tarde, una hora mala para este deporte, pero este día puede mas el animo que otra cosa, bajando al pesquero ya se escuchan frases como ¡Hoy me parto el brazo lanzando! ¡Ya hoy toca! ... y entre rizas llegamos a él.

Colocamos nuevas paradas en los carretes y preparamos las cañas y comienza la tarde de pesca. Lance tras lance y nada persigue los señuelos, hacemos un pequeño parón y es en ese momento cuando se dejan ver pasar por el veril dos negritas"medregal", asustan a la carnada que se pega al marisco y con la misma salen despavoridas. Esto nos da algo de aliento a seguir con el tira y recoge.

Son las tres de la tarde, lanzamos Yeray y yo a la vez y se nos cruza el lance, unas pocas vueltas de manivela y quedamos pegados los dos. Yo a los pocos minutos de lucha pierdo la pieza, algo al otro lado de la linea un animal buscaba fondo sin parar y con mucha fuerza, no pudo ser, finalmente la potera se abrió y se livero por si solo. Pero ahí sigue mi compañero luchando su pez, poco a poco y acercándolo cada vez mas al veril, justo cuando vemos que es una sierra y  lo tenemos bajo nuestras piernas, percatamos que algunos sierras y medregales lo están siguiendo. Lo mantenemos en el agua para intentar clavar a uno de sus compañeros pero no es posible y con miedo a perder la única captura del día embicheramos y lo ponemos en seco. Damos un par de saltos de alegría felicitándonos por la captura y a seguir.

Pero de nuevo comienza la locura, mucha carnada saltando por el lugar, algunas picadas cantan los colegas y finalmente a las cinco de la tarde un fuerte trancon en mi caña, seguido de cachetazo y posterior carrera hace que volvamos a sonreír, lucha de las buenas, hasta que vemos ese resplandor bajo el agua, cada vez mas cercano, hace subir la tensión y vamos observando que se trata de un sierra grandote, lo ponemos en tierra y celebramos el nuevo trofeo.

Doblete, recogemos y para casa Yeray Sierra 2,600g - Richard 3,700g

Un día imprevisto, con buenas capturas y aun mejor la compañía.